Cañón de Fecha

Durante el pasado puente de la Aparecida, nos desplazamos Marisa, Alicia, Alberto y yo hasta tierras gallegas y portuguesas para barranquear un poco. Después de llegar la noche del viernes y alojarnos en un desertico camping en la zona de Entrimo, a la mañana siguiente nos desplazamos hasta los alrededores de Torneiros para descender el Cañón de Fecha.

Pasamos junto a la zona de pozas termales, en donde alguno tuvo la tentación de darse un baño, pero pasamos de largo y llegamos más adelante al lugar donde dejamos el coche. La aproximación (1 hora 30 minutos) al principio fácil y agradable junto al río Caldo, se va complicando y empinando poco a poco al llegar al final del descenso. Desde este punto subimos remontando el barranco por un sendero bien marcado, con muy buenas vistas de todo el descenso y observando el mínimo caudal que llevaba ese día.

Ya en acción disfrutamos de un descenso bonito excavado en granito. Los rápeles se suceden casi sin tiempos muertos, y nos echamos unas risas con los nombres que los aperturistas pusieron a algunas cascadas, Benefíciatela Jhony, Farlopa, Plumas de los huevos del Espíritu Santo, etc.

Aunque el caudal era escaso, y más aún cuando en mitad del recorrido una captación de agua se llevaba gran parte del caudal, las pozas verdes y cristalinas permitían realizar saltos y divertirnos un buen rato.

El único percance que sufrimos lo tuvimos en la Cascada  Colector,  una estrecha grieta recorre la cascada de arriba a abajo y parece tener imán para las cuerdas, la nuestra no iba a ser menos. Al final y después de pegarnos un buen rato con ella, tuvimos que cortar un trozo para poder continuar con el descenso.

Llegamos al final del barranco, un sendero a mano izquierda nos lleva al comienzo de la subida de aproximación y en apenas 25 minutos de vuelta al coche. Nos desplazamos hasta Lobios a comprar pan, allí comemos algo y preparamos el siguiente descenso del día. Había que aprovechar al máximo el buen día que hacía, pues las previsiones para las siguientes jornadas no eran muy buenas.