Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

martes, 12 de marzo de 2013

Ferrata La Hermida por el Puente Diosu y Puente Canelaria



Hacía bastante tiempo que queríamos ir a conocer la ampliación que se había realizado en la Ferrata La Hermida, y por fin conocer los  puentes de Diosu y Canelaria. Así que después de la jornada del sábado, en la que estuvimos colaborando en el  curso del SCC con la visita a Cueva Cañuela, le propusimos a Jesús y Mónica el ir a realizar la ferrata. Chus se mostró encantado y más aún cuando le dije que acabaríamos a tiempo para meternos un buen cocido en algún restaurante de la zona.
A las 10 quedamos en Puente San Miguel y pusimos rumbo a La Hermida, disfrutando de un tiempo algo revuelto que mejoraba según nos acercábamos a nuestro destino. Ya en La Hermida cogimos el equipo y nos pasamos por el centro de recepción, lugar en donde nos dieron explicaciones sobre el recorrido que íbamos a realizar. Tras la corta aproximación llegamos a los primeros resaltes equipados que ya conocíamos de anteriores visitas.


El sol poco a poco iba perdiendo la batalla con las nubes, que cada vez eran más densas y por un momento nos hizo pensar que otra vez nos íbamos a volver a mojar, como en nuestra anterior visita. Sin prisa pero sin pausa, llegamos  a la primera de las cuevas del recorrido, la del Jabalí, en donde hicimos un pequeño descanso.


Continuamos con el ascenso y pronto llegamos a la Rampa Carla Garrido.


Cuando llegamos al desvío que se dirige a la Cueva del Diosu lo tomamos, pues el nuevo recorrido por los puentes parte desde la boca de esta cueva. Enseguida nos encontramos con el Puente Diosu, formado por cuatro cables de acero, uno para los pies, dos para las manos y el tercero, que por cierto queda algo alto, para la linea de vida. El puente no es muy complicado, aunque los cables se mueven bastante y  la sensación de llevar las disipadoras estiradas y arrastras sobre la cabeza no ayudan mucho para superarlo. Quizás la parte mas complicada es el final, en donde un saliente de roca complica la progresión.


Mónica, que tenía ciertas dudas sobre si superaría el puente tibetano (era la primera vez que hacía uno) se porto como una campeona, superándolo sin el más mínimo problema.
Continuamos con la ferrata y muy pronto nos encontramos con la impresionante vista del Puente Canelaria, una espectacular pasarela de unos 100 metros de longitud, por no se cuantos de alto, ¡¡¡pero son muchos!!! Leemos las indicaciones que hay en una hoja justo antes de empezar el puente, permitiendo el paso simultaneo de cuatro personas a la vez, separadas entre sí un mínimo de 20 metros. Alicia es la primera en comenzar, después Chus y más tarde yo, mientras Mónica inmortaliza el momento.


Las sensaciones al acabar de cruzar la pasarela eran variadas. A Alicia apenas le dio sensación de vértigo, mientras Chus y yo fuimos un poco más "cagones" esta vez. Nos parecía que el puente se balanceaba mucho , quizás por el caminar sobre él los tres a la vez, y la sensación de vértigo era bastante elevada. Mónica que lo paso sola, no tuvo problemas, gustándole más la pasarela que el anterior puente. Hay que tener cuidado cuando nos acerquemos al final, porque nos podemos quedar colgados de las disipadoras al estar la linea de  vida bastante alta. Además las últimas tablas del suelo están sueltas y se mueven algo.


Un flanqueo horizontal nos lleva al final de la vía ferrata (que ha ganado mucho con esta nueva variante) y al camino de regreso, que tras un buen rato por el bosque nos deja en la carretera de Bejes, llegando de nuevo a La Hermida después de casi cuatro horas de actividad, justo a tiempo para recuperar fuerzas en Casa Campos. El regreso a casa lo aprovechamos para visitar el mirador de Santa Catalina y el pueblo de Lafuente (que recibe el nombre de una surgencia kárstica) en el que se encuentra la iglesia románica de Santa Juliana.

              

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