Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Baranco de Aján


Miércoles 25 de julio, festividad de Santiago. Aprovechamos la buena y calurosa tarde que hacía para desplazarnos Alicia y yo hasta la Vega de Pás y descender el Barranco de Aján. Llegamos al barrio de Mazón situado a unos 3 kilómetros de la Vega en dirección al Puerto de Estacas, y tomamos una pista cementada que desciende en dirección al río. Llegamos a una amplia explanada en donde dejamos el coche, nos cambiamos y comenzamos el camino de aproximación siguiendo las señales de la ruta PR-S75 que nos lleva hacia el Cañao de Aján. El camino no tiene pérdida, y nos conduce entre el arbolado y pasando al lado de alguna cabaña pasiega hasta un puente que hay bajo la cárcel del Túnel de la Engaña. Como ya conocemos el descenso y sabemos que la primera parte es bastante aburrida, pues solo hay resaltes, decidimos no llegar a la cárcel y entrar al barranco un poco antes, justo cuando en un lugar abierto llegamos junto al río, al lado de una pequeña cascada.


 De esta forma reducimos el tiempo de aproximación a 35 minutos y nuestro calvario particular, porque durante todo el sendero nos encontramos con unos gigantescos tábanos que en más de una ocasión nos dieron un picotazo, dejándonos unas buenas marcas. Durante el camino también nos encontramos, en una de las últimas pozas, a una mujer tomando el sol como su madre la trajo al mundo, y los dos nos hicimos la misma pregunta: ¿Que cojones se echaba esa mujer para que los tábanos pasaran de ella?
Una vez en el agua y a salvo de los malditos tábanos, comenzamos el descenso de inmediato con un rapel de unos 8 metros, que es saltable por la izquierda, aunque nosotros no vimos muy claro el que no tocáramos fondo y lo rapelamos. A continuación otro rápel - salto de 10 metros en el que optamos por hacer lo mismo que en el anterior.


Algún pequeño resalte y llegamos a una pequeña gorga en donde encontramos el siguiente rápel de 5 metros.


Superado este salto nos encontramos con una zona de andar sin mucho aliciente, así que cuando llegamos a un primer puente que nos encontramos en nuestro descenso, nos salimos del cauce por la derecha y descendemos por el camino de aproximación un buen tramo, desde donde podemos ver que es un acierto el salirse al camino y no ir por el río, pues todo este tramo carece de interés.
Volvemos al río en una zona abierta en donde es fácil entrar, para a los pocos metros y junto a un prado con una cabaña a la derecha, encontrar el siguiente rápel - salto de unos 8 metros. Esta vez si lo saltamos pero Ali hace pie, aunque afortunadamente sin consecuencias. A continuación encontramos un rápel de 10 metros en cuya poza de recepción encontramos un árbol que dificulta la salida de la poza.

                      

Después de caminar por otra zona sin interés deportivo, llegamos a un nuevo puente, en donde podemos realizar un pequeño salto de unos 2 metros. Un poco de pateo más y nos acercamos al final del barranco en donde encontramos un divertido tobogán de unos 7 metros, que Alicia no dudo en repetir varias ocasiones.


Poco después llegamos al último rápel del descenso de 10 metros, lugar conocido como Pozo del Oso. Una larga y oscura badina nos lleva al final del descenso, saliendo a nuestra izquierda en cuanto acaba la poza.
Regresamos por el camino de aproximación tras 2 horas de barranco, descenso sombrío entre árboles, que combina zonas de gorga bonitas con otras de pateo sin mucho interés, pero que cumplió perfectamente con lo que queríamos, divertirnos una tarde muy calurosa de verano, antes de que llegará la tormenta que sobre nosotros se estaba formando de vuelta a casa.

        

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