Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

jueves, 26 de julio de 2012

La Colina (Collados del Asón)


Al día siguiente de haber estado con las chicas de Red Bull en Sel de Haya, habíamos quedado con Fonso para ir a dar un paseo por la zona de los Collados del Asón. El domingo amaneció con llovizna y nos pusimos en contacto para decidir si al final nos animábamos a hacer algo o bien nos volvíamos a la cama. Al final decidimos arriesgarnos e ir cayera lo que cayera. Después de parar a comer un pincho en Arredondo, sobre las 11:30 horas llegamos  al aparcamiento de los Collados, nos terminamos de preparar y comenzamos a caminar  bajo unas nubes amenazantes, pero afortunadamente el tiempo había mejorado respecto a la mañana. Seguimos la pista ascendente que pasa junto a las cabañas de Horneo hasta llegar al desvío del Sotío, en donde nos desviamos a la derecha. Aquí comienzan los postes numerados que nos guiarán durante todo el camino. Seguimos el camino hasta adentrarnos en un precioso bosque de hayas, en donde nos encontramos una de las muchas cuevas que el Espeleo Club Dijón tiene exploradas y marcadas en la zona y que vimos durante el recorrido.



Al salir del hayedo nos encontramos con una pendiente que en pocos minutos nos lleva a Braña Saco, lugar en donde hay un conjunto de cabañas. 



Pasamos al lado de ellas y abandonamos este paraje para dirigimos hacia el Hoyón de Saco, que es un embudo enorme de más de 1 km de diámetro, que recoge todas las aguas de las laderas del Colina y el Monte las Hazas  y subterráneamente las entrega a la Cascada del Asón donde vuelven a ver la luz. En este paraje existe un impresionante lapiaz, denominado del Hoyón.



Para superar el Hoyón del Saco, la senda al comienzo lo rodea por la derecha, para más adelante ascender por una loma herbosa, con tendencia un tanto hacia la izquierda. En este punto nos entro algo de niebla que nos impedía ver con claridad el recorrido, pero ayudados por los postes conseguimos no desorientarnos. Continuamos por un cordal en sentido ascendente, y cuando la niebla nos lo permitía, a nuestros pies veíamos el espectacular Barranco de la Sota. Decidimos parar a comer en este lugar, refugiándonos un poco del viento y con la esperanza de que esas nubes que tan rápido aparecieron se volvieran a difuminar. 



Después de comer seguimos por el cordal y sin excesivo esfuerzo llegamos  hasta la cima de la Porra de La Colina (1448 metros). Las vistas serian espectaculares, pero nosotros bastante tenemos con buscar el camino de descenso, pues la niebla cada vez era más densa. Bajamos de la cumbre por la parte contraria de la plataforma respecto a la que hemos subido y tras un fuerte descenso de unos centenares de metros, la pendiente casi desaparece, al igual que desapareció el camino. Y es que en este punto nos costó dar con los postes por la dichosa niebla. Cuando encontramos el buen camino, intentamos no salirnos del sendero, sendero que acaba desembocando en un estrecho paso entre rocas.
Continuamos descendiendo hasta alcanzar la Braña de Brenacobos, lugar desde donde ahora sí tenemos unas buenas vistas de la Colina, que se ha librado de la niebla que antes lo envolvía.



Desde aquí vamos descendiendo poco a poco hasta  internarnos en el Hayedo de Montecrespo, que nos dirige hacia las Hazas del Respiradero o Cañada de Montecrespo,  profunda y estrecha canal tallada  en la roca. En concreto se trata de un estrecho paso, de unos 5 metros de ancho y unos 20 de alto, por cuyo fondo discurre la senda de unos 300 metros y en la que hay que tener especial cuidado con los resbalones.


                      

Seguimos el sendero descendente y con unas amplias vistas sobre la depresión de Brenavinto hasta llegar a la Cabaña de Concinchao. Continuamos nuestro descenso para al poco llegar al alto de la Posadía y continuar por la pista descendente hasta el desvío del Sotío, cerrando así esta bonita ruta circular por los Collados del Asón. Ya tan solo nos resta continuar en descenso por la pista de subida hasta el lugar donde tenemos el coche, llegando a él sobre las 5 de la tarde, habiendo recorrido algo más de 14 Km según indicaba el movil - gps de Fonso.
De regreso a casa paramos en Asón a tomar algo, y nos enteramos que el grupo de recate del Greim había tenido que entrar a rescatar a un espeleólogo madrileño en la travesía Cueto - Coventosa, pero que afortunadamente tan solo había sido un agotamiento.

       

jueves, 19 de julio de 2012

Mina del Angel - Red Bull


El sábado 14 de julio  habíamos quedado con Pelos en ir por la tarde a Sel de Haya y hacer un apto publicitario con unas chicas de Red Bull. Pelos había insistido en que era buena idea el realizar este evento, pues de aquí podía salir una buena relación con la marca y  más tarde vernos beneficiados (en forma de refrescos) en alguno de los cursos y saraos que pudiéramos organizar.
Así que como no disponíamos de mucho tiempo por la mañana y no queríamos llegar tarde a nuestra cita, Alicia y yo decidimos unirnos a Pelos y Manu que iban a explorar un pozo natural dentro de la Mina del Angel, pozo que habían localizado la semana anterior otros miembros del club. De esta forma les echábamos una mano con todo el material que tenían que llevar y nos asegurábamos llegar a tiempo a la cita de la tarde.
Sobre las 10:30 de la mañana estábamos cambiándonos en el pueblo de Duña, para más tarde coger el camino ascendente que lleva hacia la boca de la Mina del Angel. Hacía un día muy agradable para caminar y en apenas media hora llegamos a las bocas de la mina, en donde nos ponemos la iluminación y entramos caminando hacia las galerías mineras más bajas.



Guiados por Manu en poco tiempo estamos en la cabecera del pozo. Pelos se pone a instalarlo y bajarlo, mientras el resto por turnos para no dejar solo a Pelos, miramos las muchas galerías existentes sin tener éxito, pues todas acababan cerrándose o salíamos a la calle por alguna de las muchas bocas que tiene la mina.



Cuando Manu y yo volvemos de una batida, nos encontramos a Ali poniéndose el arnés, pues dice que hace un buen rato que no oye a Pelos, pero al poco de llegar nosotros le oímos en el fondo del pozo gritándonos que ya sube. Muy clara debió de ver la situación cuando no nos dio la opción de bajar. O aquello se cerraba   o conocía la zona. Al final y después de mantenernos en vilo durante toda la subida (unos 50 metros de pozo) nos comento que habíamos encontrado un pozo que comunica con la Mina de Sel de Haya, en una zona ya explorada por ellos. Este pozo fue utilizado por los mineros para tirar el mineral y sacarlo por la boca de Sel de Haya. Poco a poco y después del chasco, vamos saliendo hacia el exterior.



Todavía es pronto para ir a Sel de Haya, pero tarde para ir a explorar algo más, así que decidimos ir a tomar algo a Bustablado. Llegamos al bar de Chema, en donde nos ponemos hasta las patas de tapas de jamón, chorizo criollo, filetes de jabalí, etc. Más tarde vamos al bar Romano, en donde convencemos a José Antonio (vecino de Toporias) para que nos acompañe al apto con las chicas de Red Bull y así conozca algo más de la mina.
Después de comer un "pinchito" para acabar de llenarnos, nos vamos hasta Sel de Haya en donde esperamos que venga el resto del grupo que entrará en la mina. Allí aparecen Fonso y Paula que acompañan a Nuria y Sandra, las chicas de Red Bull. Tras las presentaciones oportunas, una fotos de rigor y una primera degustación de bebidas de la marca, nos dirigimos hacia la entrada de la mina.



La visita fue breve y muy agradable. Les mostramos las galerías más cercanas a la entrada, visitando lugares pintorescos de esta zona.



Cuando la fuerza nos faltaba, allí estaban las chicas Red Bull para darnos de beber, hasta el punto de que alguno creo que pillo una sobredosis de taurina.



La salida no la hicimos por Sel de Haya, si no que salimos por una boca cercana a Toporias en donde José Manuel recoge agua. En la salida estaba aparcado su todo terreno para bajarnos a todos, sí a 9 personas,  unos en el interior del coche y otros de pie en su coche pick up, bajo la atenta mirada de algún turista que andaba por la zona. La verdad es que fue una bajada de lo más divertida, echándonos unas buenas risas.



Nos cambiamos y nos despedimos de Sandra y Nuria, no sin antes invitarlas a repetir la experiencia, pero la próxima vez en un barranco. El resto nos desplazamos de nuevo a Bustablado, en donde comentamos tomando una birra, lo bien que fue  esta experiencia y las risas que nos echamos durante toda la tarde.


       

martes, 17 de julio de 2012

Caleyón de las Barbadas - Hoz de Mildón



                       

Después de dar muchas vueltas al asunto  y pensar que haríamos, el  sábado 7 de julio nos desplazamos hasta el pueblo asturiano de Mildón (Peñamellera Alta) con la idea de descender el Caleyón de las Barbadas y la Hoz de Mildón. Y digo idea porque el año pasado por estas fechas, Alicia y yo fuimos a la cabecera del Caleyón y nos tuvimos que dar la vuelta por el caudal excesivo que llevaba (comparándolo con la anterior vez que lo había descendido) si bien es cierto que el  verano pasado fue aún más lluvioso que este.
El grupo lo formábamos Belén, Carmen, Alicia, Fonso y yo. Cuando llegamos a Mildón tomamos la carretera que sube a Oceño y aparcamos junto a la pista ascendente que lleva a una cabaña, aproximadamente en el  km 2 de subida. Aquí dejamos las mochilas y nos quedamos Fonso, Belén y yo, mientras que Ali y Carmen bajaban a dejar el coche muy cerca del cruce de Mildón, en un ensanchamiento que hay tras superar la segunda curva de subida, y no molestar al dueño del restaurante llenando el aparcamiento, y menos mal que lo hicimos así, porque al final del descenso nos lo íbamos a encontrar.
Ya se que no era muy caballero por nuestra parte, pero la idea era que ellas al ir luciendo cacha, no tendrían problemas en que algún ganadero o vecino de la zona las subiera en coche hasta donde tenían las mochilas. Mientras nosotros haríamos poco a poco la senda de aproximación y así no cansar mucho a la niña. Durante el camino Fonso y yo comentábamos si habrían tenido suerte haciendo dedo. Antes de llegar a la cabecera del barranco vemos como aparecen a lo lejos, y pensamos que han tenido suerte, pero al llegar a nuestro lado nos comentan que solo se encontraron con un ganadero que se dirigía a escasos metros de donde se encontraban en ese momento, teniendo que hacer todo el camino andando.



Después de bajar por una incomoda pedrera al cauce del barranco, nos cambiamos bajo un sol que calentaba con fuerza, eso sí cuando las nubes se lo permitían. Estaba claro que hoy tendríamos otro día bastante inestable en lo que al tiempo se refiere.
El Caleyón de las Barbadas es un barranco bien escavado, acuático, estrecho y oscuro en algunos tramos, en fin que es divertido, aunque también se hace muy corto. Comenzamos el descenso con algunos resaltes y pozas, antes de llegar al pasillo en donde el cauce se estrecha y encaja, formando un tobogán por donde al agua circula a gran velocidad. Cabe la posibilidad de montar un rápel, pero nosotros lo superamos sin hacerlo, es más no montamos ningún rápel en todo el Caleyón.


                      


Superado este pasillo nos encontramos con pequeños resaltes, badinas y toboganes, en los que tenemos precaución pues hay piedras escondidas en la corriente. Un divertido tobogán de un par de metros y el barranco se abre, dando por acabado el descenso del Caleyón, pero como sabía que nos iba a saber a poco, decidimos seguir aguas abajo y enlazar con el descenso de la Hoz de Mildón. Aprovechamos el tramo  de río en el que no hay ninguna dificultad para picar algo y echarnos unas risas con un viejo paraguas que encontré abierto en la orilla. Después del tentempié, emprendemos de nuevo la marcha para encontrarnos con las primeras dificultades de la Hoz, un caos de bloques y el primer rápel de unos 7 metros.



Superada esta zona, nos encontramos con un largo tramo sin dificultades hasta llegar a una presa colmatada, en donde comienza realmente el descenso de la Hoz de Mildón. Se trata de un barranco sencillo, corto y encajado, con pocas dificultades siempre y cuando no lleve un caudal excesivo. Mas abajo de la presa nos encontramos el segundo de los rápeles de 7 metros, que nos deposita en una poza, de la que salimos por un paso estrecho bajo un puente de roca, formado por un bloque apoyado contra la pared.



Después de saltar y saltar Belén y Carmen en una pequeña poza hasta cansarse, nos encontramos el tercer rápel de unos 5 metros, cuya cabecera está encima de un gran bloque. El lugar es muy bonito, pues por la derecha nos cae una cascada formada por el río que surge de la Cueva de Mildón.



A partir de aquí no encontramos mayores dificultades, aunque el cañón es profundo y encajado. En este tramo nos encontramos una curiosa surgencia que sale de una grieta de la roca, y pasamos por debajo de una plataforma de hormigón (restos de una central eléctrica) y el puente de la carretera que va a Arenas, antes de dar por concluido el descenso en las claras aguas del río Cares.


                      

Para cruzar el río y buscar el sendero de regreso, cada uno busco el mejor sitio que creía conveniente, y a Belén la ayudamos con una cuerda, mas que nada por seguridad. Cruzamos la pasarela que cruza el río y emprendemos la subida hacia la carretera por un sendero bastante marcado, pero resulta que nos íbamos directos a la parte trasera del restaurante. Pero ya estaba allí el amable y gentil dueño para sacarnos de dudas gritándonos: ¡esto es una propiedad privada! ¡El camino esta más abajo!  El tío ya estaba mosca desde que nos vio aparecer en el río, incluso le vimos como retiraba una escalera y estaba decidido a que no subiéramos por su terraza aunque se lo pidiésemos, como fue el caso. Tan solo nos indicó en donde comenzaba el sendero que utilizan los pescadores. Y la verdad es que si había camino un poco más abajo, pero no lo vimos pues estaba tapado en su comienzo por las zarzas.
Durante el descenso habíamos hablado de la posibilidad de hacer otro barranco de la zona o bien meternos una buena fabada en el restaurante de nuestro nuevo amigo, pero ayudados porque el tiempo se estaba poniendo feo y tan solo eran las tres de la tarde cuando salíamos del barranco, decidimos hacer lo segundo, pero estaba muy claro que el señor  había perdido 5 clientes. Nos desplazamos hasta el restaurante el Urogallo al lado del camping de Arenas, en donde nos pusimos tibios, y vimos como cuando nos sentábamos a comer empezaba a llover. Habíamos acertado de pleno.

       

lunes, 9 de julio de 2012

Desfiladero del río Purón

                              Texto: Fonso                           Fotos: Carlos y Alicia

                     

El Desfiladero del río Purón, en el pueblo burgalés de Herrán, era nuestro siguiente destino, creo recordar que eran las 15:00 cuando dejábamos a tras la furgoneta en busca de la cabecera del barranco. A estas horas el sol apretaba con fuerza y aunque la aproximación es muy cómoda, ya que en todo momento se va por una ruta que acompaña al río cruzándolo en un par de ocasiones por dos puentes, los cuales atravesaremos por debajo mas tarde, el sol hizo mella en nuestras cabecitas. Después de unos 45´de aproximación y tras un par de paradas para coger aire porque el sol nos estaba tostando, llegamos a un pequeña portilla en mitad del camino que marca el inicio del barranco. Tomamos el relevo a unos chicos que se estaban bañando en gayumbos y enfundados por fin en los neoprenos iniciamos el descenso.

                      

Ali y yo pensamos que íbamos a pasar frío porque solo subimos con el peto y la camiseta de neopreno, pero el agua estaba a una temperatura que se agradecía en comparación con el calor que teníamos en la aproximación. En un principio me pensé si ponerme el arnés o no porque según el croquis el primer rápel estaba bastante lejos, mas tarde me arrepentí de no haberlo llevado en la saca, durante casi una hora descendimos el río sin necesidad de cuerda, ya que todo eran resaltes y saltos, en alguna ocasión de 3 metros, que hicieron de la primera parte del barranco un rato divertido. 


Mas adelante comenzaba a cerrarse el río y teníamos que atravesar constantemente ramas y zarzas que en ocasiones te obligaban a ir nadando, lo que hizo de esta segunda parte del barranco algo pesada y monótona. Llegamos al primer rapel de unos 19 metros, que según el croquis podía realizarse con un salto de 10m…. ESTAMOS LOCOS!!!  Para realizar el salto había que soltarse de la cuerda después de descender 9 metros ya que no era muy viable destrepar esos 9 resbaladizos metros. Dejamos el supuesto salto para los cabras locas del barranquismo y nosotros descendimos los 19 metros con estilo y gracia haciéndonos después, no se si arrastrados por el subido de adrenalina del momento, una serie de fotos de carácter “educativo”.

                     

Tras este rápel se inicia la tercera y última parte del barranco, la cual nos pareció la mas divertida y bonita con una serie de saltos y rapeles que era muy bonitos, más concretamente el último que se encontraba justo debajo de uno de los puentes que habíamos pasado en la aproximación y desde el cual se podía apreciar la estructura original del puente, que era de madera, y como habían realizado una especia de bóveda en el cauce del río para poder pasar por encima de el.

                      

Al finalizar el barranco ya cerca de la salida nos dimos cuenta de que no solo en las cuevas puedes encontrarte un coche.


Ya en la furgoneta hicimos alarde de nuestros cuerpos serranos a los viandantes y habitantes del pueblo y nos cambiamos en mitad de la carretera, para dirigirnos rápidamente hacia Sarón, porque habíamos quedado con gente del Club en Somocuevas para celebrar San Juan y hacer una buena parrillada. La noche finalizo con cerveza, guitarra y buena compañía.

        

domingo, 8 de julio de 2012

Cascadas de La Toba

      Texto: Fonso                                                             Fotos: Carlos y Alicia


Gracias a las nuevas tecnologías, no tan nuevas para alguno pero si para mi, me puse en contacto con Carlos vía Wahtsapp y concretamos quedar el sábado a las 9:00 para dirigirnos a la zona limítrofe de Alava y Burgos para descender un par de barrancos. El día amanecía despejado y con intenciones de ser un gran día para hacer barrancos, quizás era el día de romper la maldición que me persigue hace dos años de no hacer ni un solo barranco con sol, si no todo lo contrario, los he tenido hasta con nieve. Después de recoger a Carmen en solares nos dirigimos Carlos, Ali , Carmen y yo a la localidad alavesa de Tortura y tras algún despide y haciendo caso al GPS llegamos a nuestro destino a eso de las 11:00. Aparcamos junto a la iglesia del “pueblo” curioso pueblo con dos  casas y una iglesia… pero ya se sabe si hay iglesia hay pueblo!!
En la misma iglesia nos encontramos un cartel en el que se habla del barranco que vamos a descender, no habla concretamente del barranco pero si que se ven fotos y hace mención a las Cascadas de la Toba, el cual en las fotos lucia un caudal de agua interesante pero al alzar la vista y mirar hacia la ladera que teníamos enfrente, lo único que se apreciaba es el rastro blanquecino del paso del agua ya que lo que es caudal caudal no tenia NADA. Según las indicaciones que trae Carlos la aproximación era de 45´ pero en apenas 25 ya estábamos en la cabecera del barranco.



Instalo la cuerda y me comenta Carlos que a escasos 5 metros tiene que haber una boca de una cueva y que estaría bien echarle un vistazo. Dicha boca es la surgencia de La Toba, por donde en época de lluvias drena el agua de la Sierra de Badaia,  formando nuestro querido y seco barranco. Linternas en mano nos disponemos a entrar, medio a gatas, en la boca de no mas de un metro de ancho por un metro de alto, cada x metros nos topábamos con un nido de mosquitos de los cuales hice cuenta y done parte de mi sangre para su manutención. Sin llegar a recorrer 20 metros les comento a los que me siguen que yo me doy la vuelta que este tubo-nido-gatera ya empezaba a tener agua y no me apetecía mojarme los únicos pantalones que tenia, si, he dicho pantalones ya que viendo la gran cantidad de agua que tenia el barranco lo descendimos con la ropa que teníamos, a excepción de Carmen que lo bajo con Neopreno.

                      

Es probable que con agua este barranco tuviera cierto interés, pero lo cierto es que en seco no merece la pena mencionar gran cosa de él. Si hacer una puntualización, si alguien le da por probar suerte un día con agua, que sepa que las instalaciones, a excepción de la de entrada al barranco, son MUY PRECARIAS.  Precisa de una reinstalación completa ya que todos los anclajes que tiene dejan mucho que desear. Están realizados con chapa acodada y cordino… el cual en muchos casos por la orientación del barranco, se encuentra destrozado por el sol y parece que se va a romper con la mirada.


Aproximadamente a la 13:30 estábamos en la furgoneta echados a la sombra y degustando todo tipo de manjares que compartimos entre el grupo, charlamos un poco de todo y decidimos, puesto que íbamos bien de tiempo, dirigirnos a otro barranco a unos 50 km de distancia.

       

jueves, 5 de julio de 2012

Yera 2


Siguiendo con el aprendizaje de Belén en cañones, aprovechamos una tarde de junio para desplazarnos  hasta la Vega de Pás para descender el modesto barranco de Yera 2.  Llegamos a la altura de la pista que baja hacia el túnel de la Engaña y seguimos por ella, para a los pocos metros y antes de cruzar el río coger un desvío que nos deja en una amplia pradera en donde dejamos el coche. Nos cambiamos y bajamos al cauce del río justo antes de un túnel que construyeron para el malogrado ferrocarril del Mediterráneo.
Este será el segundo barranco de Belén, y no queremos complicarnos mucho la vida, así que optamos por descender este corto y acuático barranco que tan solo tiene tres rápeles, aunque en los tres se baje por el chorro de agua, situación esta que no le gusto mucho a la niña.
Tras superar una serie de resaltes y unas cuantas pozas, en breve llegamos al primer y pequeño rápel de unos 5 metros, en el que Belén se dio un golpe en la mano que afortunadamente no fue a más.


En breve nos encontramos con el segundo de los rápeles de unos 10 metros.


Más adelante tenemos una zona en la que nos encontramos varios destrepes, pozas y algún tobogán, que es en donde mejor se lo pasa la niña, antes de llegar al último y más largo rápel del descenso, de unos 15 metros.


Superado este rápel y después de 1 hora y 30 minutos ( yendo muy relajados) damos por acabado este barranco muy concurrido ultimamente por empresas de aventura, que da poco de si, pero que está bien para llenar media tarde, como fue nuestro caso. Nos salimos a la izquierda y tras atravesar un prado cogemos un sendero que en 10 minutos nos lleva de nuevo al coche, dando por concluida así esta nueva clase de aprendizaje, en la que nos quedo claro que todavía tenemos un largo recorrido para mejorar, pero bien es cierto que nadie nace aprendido.

          

martes, 3 de julio de 2012

Cañón de Navedo


El día siguiente de descender el barranco del Andaral, aprovechamos la  tarde del domingo para visitar este acuático, divertido y  fácil cañón situado en el desfiladero de La Hermida (Peñarrubia). La idea era realizar el bautismo de Belén en los barrancos, y por ello escogimos este bello descenso (sin duda el más descendido de toda la provincia) para ver si esta nueva afición le causaba buena impresión. A la salida nos apuntamos Belén, Alicia, Jara, Pelos y un servidor.
La tarde era buena, y la temperatura animaba a meterse en el agua. Sobre las 5 de la tarde, y después de esperar un buen rato en Unquera para alquilar un neopreno para Jara, estábamos cambiados en la cabecera del barranco dispuestos a divertirnos un rato.




Nos introducimos en el agua, percatándonos de que su temperatura no es tan agradable como suponíamos. Enseguida llega el primer rápel de unos 8 metros, y después de dar las explicaciones oportunas a Belén, damos buena cuenta de él. No esta mal para ser su primera toma de contacto con los rápeles en cascada.
A continuación realizamos un pequeño tobogán y un par de rápeles más antes de llegar a la cabecera del cuarto y más bonito del descenso, una cascada de unos 20 metros que acaba en una gran poza, que se ha colmatado en parte después de alguna riada invernal.



Superada esta cascada, y después de esquivar algún sapo de un  tamaño monumental, llegamos a la zona que más le gusto a Belén, la zona abierta de toboganes, en la que nos lo pasamos en grande, repitiendo el de mayor tamaño (de unos 7 metros) en un par de ocasiones.



Más adelante nos encontramos con un gran desprendimiento de bloques, antes de llegar a la zona más encajada del descenso en donde encontramos un rápel volado de 6 metros y algún pequeño salto.


                      

Decidimos no hacer los saltos desde las repisas y seguir con el descenso, pues no queremos salir muy tarde del  cañón, y en breve llegamos al último rápel, que se encuentra debajo de una  pasarela por la cual podríamos haber abandonado el descenso.
Superado este rápel, y a escasos metros encontramos a la izquierda la salida al coche, tras unas 3 horas de descenso en las que Belén estuvo a buena altura y aunque necesita practicar bastante aún, se lo paso genial, sobre todo en los toboganes. El resto pasamos una buena tarde barranquera a la que pusimos un buen final tomando una birras y cenando juntos a nuestra llegada a Sarón.

         

lunes, 2 de julio de 2012

Barranco del Andaral

                    

El sábado 26 de mayo, aprovechamos una visita que nos hacía Lolo para ir a enseñarle este bonito barranco situado en el Puerto de la Sía. Como es necesario la combinación de vehículos salimos desde Sarón en los dos coches, yendo Ali en el coche de Lolo, poniéndole  al día sobre las últimas noticias ocurridas en el entorno del club.
Llegamos al pueblo de Villar (Asón), en donde desde la parte alta del pueblo sale una pista, unas veces cementada y otras tan solo con grava, para ganar decididamente altura y dejarnos a escasos minutos del final del barranco. Dejamos junto a una cabaña y en una zona ancha en donde no estorba el primer coche y con el segundo emprendemos el largo camino hasta el alto del Puerto de la Sía. Justo en el alto una pista sale a nuestra izquierda y se dirige hacia los molinos de viento que colocaron hace unos años. Justo al llegar al final del primer grupo  de ellos, y en una zona llana y ancha dejamos el segundo vehículo. Nos preparamos y bajamos ladera abajo para encontrar en unos 10 minutos  la primera de las cascadas.


El barranco empieza con una sucesión de rápeles de poca entidad, en donde disfrutamos de un día soleado y unas amplias vistas de todo el valle, aunque en la lejanía aparecen algunas nubes amenazantes.

                    

El barranco no tiene tiempos muertos, los rápeles se van sucediendo y cada vez van ganando en altura y belleza. El tiempo empieza a empeorar, tapando las nubes el sol que tanto echábamos de menos en nuestros descensos, pero la lluvia no creemos que llegue a aparecer.

                    

Llegamos  a la parte final y mas espectacular del descenso, en donde nos encontramos con rápeles de hasta 50 metros, en los cuales las recuperaciones son bastante costosas.

                    

El último rápel es un espectacular volado de unos 25 metros, y pone punto y final a este barranco, en el que hemos realizado más de una veintena de rápeles, y que nos ha llevado unas 3 horas y media de descenso a un ritmo muy tranquilo.

                    

Salimos del cauce y cogemos un sendero que nos lleva a una cabaña, desde la cual sale una pista que se dirige  hasta el segundo coche, pero por el camino nos encontramos con una señora, que casualidades de la vida, es conocida de Alicia y hacía más de 17 años que no la veia. Hablamos un buen rato con ella, y después de despedirnos seguimos nuestro camino hacia el coche, al cual llegamos en aproximadamente media hora.
Nos cambiamos y emprendemos otra vez el largo camino hasta la parte alta del puerto, en donde nos despedimos de Lolo, no sin antes  planear alguna salida más por los barrancos de la tierruca.